Ir al contenido principal

 

 

Volando bajo el cielo de Praga

Eduardo Puente Fernández

 

Cuando el avión despegó de la pista del aeropuerto internacional de Praga sentí un alivio inmenso. Son las 3 de la tarde. A esa hora mataron a Lola dicen en Cuba. ¿Quién será Lola?

Ahora mismo debe estar buscándome Ivana en el puente de Carlos. Tres de sus secuaces casi me alcanzan. Como el emperador también huí por la misma calzada. Solo que sin carruaje. A paticas y corriendo con la lengua afuera, hecha hielo. Un poquito más y se me jode el gusto.

Tengo que confiar en Rají aunque el corazón me diga no lo hagas. Un hindú de Bombay me dice él. A esta altura del campeonato me da igual de que parte de la India sea. Cuando lleguemos a Berlín debo estar alerta. Si todo sale bien volaré al otro día a Holguín escala Gander en Canadá.

Rají habla un perfecto español. Diez años en Andalucía dice él. ¿No será en Santiago? me pregunto yo.

El Boeing asciende y me aprieta fuerte la mano. Tiene miedo a los aviones. Va y es para inyectarme algo. Quizás un espía de Ivana?, me machaco yo.

¿Son pareja? nos pregunta la vecina de al lado de mi asiento con una bella sonrisa checa mirando nuestras manos. Me resulta familiar y falsa su mirada tras esos grandes espejuelos oscuros. Igualitos que los de mi abuela Cuza, los que se ganó cuando la zafra del café.

─Acabamos de casarnos, le responde el hindú.

Vamos de luna de miel a Berlín, vuelve Rají.

─Congratuletion, de nuevo la vecina.

Solo entonces me doy cuenta cuando le miro sin querer el cuello, ese que he mordido un par de veces que es la bruja malvada de la bella Ivana.

─¿Dónde coño habrá un paracaídas? pienso rápido.

─Rají mi amor voy al baño...

 


Comentarios

  1. Me ha encantado!!!! Suerte, para mí "eres el Premio"

    ResponderEliminar
  2. Para mi, lo principal en leer un libro o un cuento es que el escritor, autor juegue con la imaginacion y tu Eduardo tienes ese don. Y lo del paracaidas ni hablar.
    Excelente!

    ResponderEliminar
  3. Xiomaramanzanita43@gmail.com3 de febrero de 2021, 21:31

    Tienes talento e imaginación. Me gustó. Felicidades

    ResponderEliminar
  4. Genial...como todo lo que escribes..sigue adelante en ello

    ResponderEliminar
  5. Nada de ánimo... genial..lo que escribes y haces

    ResponderEliminar
  6. rendonfernandezmiriam@gmail.com4 de febrero de 2021, 0:30

    Me gusta porque es creativo, imaginativo e intrigante...
    Quién co.o es Ivana?. Por qué te persigue?. Eso lo sabremos en el otro cuento...

    ResponderEliminar
  7. Mi amigo Eduardo un cuento para publicar me gustó sigue adelante escribidor jjj

    ResponderEliminar
  8. Eres el mejor amigo Escribidor, claro que ese premio es tuyo, mucha suerte y sigue siempre con esa imaginación fabulosa para que seguir disfrutando cada cosa que hagas. Felicitaciones!!!

    ResponderEliminar
  9. Waoo!!Me encanta tu creatividad y esa cultivada imaginación a flor de piel. Esa que hace que prefiera el invierno y volar en aviones de papel. Esa que me invita a visitar la Torre con un conejo blanco y El Principito de Antoine de Saint Exupéry. Felicidades!!! Amy��

    ResponderEliminar
  10. me encanta este escrito y todo los demas, buena creatividad y socializar es excelente...................exitos

    ResponderEliminar
  11. Hermano exitos y viva tu creatividad.......besoss de tus hermana marita y elizabeth

    ResponderEliminar
  12. me encanta su manera de trasmitir, utiliza lenguaje lleno de cubanía pero con cierto lirismo impreso en cada una de sus frases. Me ha echo viajar. Sigue amigo, para tí ni el cielo es el límite.

    ResponderEliminar
  13. Genial. Me gusto mucho. Felicidades!

    ResponderEliminar
  14. Suerte! Está muy lindo .Gracias por compartir tu cuento. Felicidades!

    ResponderEliminar
  15. Muy bueno. Felicidades Escribidor.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

  Verónica vence el miedo   Manuel Eduardo Jiménez   Verónica es una jovencita de 18 años. Ella y su novio llevan ya 17 meses juntos. La relación ha sido afectiva en todo momento, claro, con sus altas y sus bajas como suele ocurrirle a la mayor cantidad de parejas. En las últimas dos semanas Verónica no es la misma, no sabe que le sucede a su cuerpo. Se siente agotada, cree que no puede con el cansancio que le da de momentos. Los deseos de vomitar no se le quitan cada vez que intenta comer algo. Piensa ser demasiado lo que tiene arriba. Y en realidad quiere ir al médico, pero teme solo algo, estar embarazada. No quiere platicar con nadie, su madre aprecia su hija un tanto rara, pero no logra entender lo que ocurre… Camilo, su novio, interrumpe la conversación cuando ella empieza a contarle a su amiga lo que pasa. Unas horas antes llegó con un test rápido de embarazo, entonces no quedaba más remedios que contarle a su amiga lo sucedido y esperar el resultado ...
  Ratoncito Pedro Antonio Castelán Castillo Ciudad de México Ratoncito vivió en la calidez de mi sala, durante mucho tiempo. En el cual compartimos historias y vivencias en nuestros momentos de ocio, como la que a continuación les cuento. Pasó su niñez en una vieja granja en el poblado de queso, estado de mozzarella, donde vivió y creció como cualquiera otro pequeño. Conociendo amigos pasajeros, compañeros de vida y a quién por algún tiempo fue su esposa, en fin. En aquellos tiempos ratoncito solía dormir hasta después del mediodía como rutina diaria, con sus algunas excepciones como lo fue aquel día. Esa mañana la familia decidió salir de compras, aprovechando que apenas amanecía y el pequeño aún roncaba. Tendrían suficiente tiempo para volver antes de que ratoncito despertará. Así salieron mamá ratoncita, papá ratoncito y hermano mayor ratoncito, volviendo 30 minutos después como lo planeado. La sorpresa al llegar fue encontrar la puerta entreabierta, y al pequeño...
  La cola de Lola Nuris Quintero Cuellar   A mí sí que no me van a comer los perros, dijo la anciana no tan desvencijada pero agresiva. Tenía un pañuelo en la cabeza o más bien una redecilla negra que disimulaba un poco la calvicie y el maltrato de los años. Achacosa esclava de la máquina de coser y doliente de una voz casi nula. Como toda señora marcada por el quinto infierno, soledad y otros detalles del no hay y el no tengo, llevaba la desconfianza tatuada en los ojos. Miembro mayor de una familia rara, corta, disfuncional. Unos primos en el extranjero y cuatro gatos distantes al doblar de su casa. Familia de encuentros obligados en la Funeraria pero fue deseo de su sobrina Caro, contemporánea con ella regresar a Cuba. Vivir lo mucho o lo poco que depara la suerte en la tierra que la vio nacer. Gozar la tranquilidad de no sentirse ajena. Esa decisión preocupó sobremanera a la pirámide absoluta y el día de los Fieles Difuntos, no fue al cementerio. Nadie la vio por tod...