El
profesor Garcés
Ana Ivis Cáceres De La
Cruz
Detrás de cada rostro hay una mueca,
¿Cómo traducirla si a veces el rostro
es un florero o una vela en la oscuridad?
La
intuición muere. Debía llamarse libro de nombres y prohibir que alguien
utilice el de Borges, que de seguro no tendría
Facebook. En esta navegación sin mar Adria
ha experimentado las siete muertes
de un poeta. Aunque para no morir de intentos ha conocido a los que soñó extender su mano y ha sido más
que eso lo recibido. Como
licencia que robo me permito contar que conoció al escritor de
su libro de cabecera, sin ocultar que
Adria padece trastornos del sueño y con una novela
erótica con un asesino serial de personaje principal es difícil un
sueño reparador. Garcés que así se apellida el escritor, fue profesor de
Marxismo en un preuniversitario donde todas las
alumnas pasaban por la cátedra
en la noche a aclarar dudas,
a pesar de que no funcionaba la electricidad en una Cuba de los
noventa.
Adria se presentó en contrapicado al
privado.
¡ Hola! - Soy Adria, he leído
más de cien veces su novela.
Los tres puntos danzaban... Hola Adriá,
respondió, antes de confesar que había leído la
novela hacía dos décadas, que la escribió en dos semanas y durmió en una gaveta
por cinco años. Ella sintió que su orgullo de lectora calló en lo
más profundo, charlaron por un tiempo mayor
a la deferencia. Los días tomaron un nuevo objetivo, alimentar el ego de su escritor, que pedía su dosis de alabanza.
Se convirtieron en amigos
o tal vez era
su amigo imaginario, tal vez nunca sucedió.
Lo cierto
es que Garcés desde una pequeña isla
del Caribe muestra todas sus personalidades, sigue impartiendo clases, ahora en una universidad para conseguir una
esposa joven que le dé la
niña que sueña tener a pesar de los daños
y los años. Los domingos va a misa, con la Cruz a la espalda y cuando en
la noche, la novia
no está en casa, se despoja
de la corrección, la Cruz y la ropa para mandar fotos prohibidas a Adria, a las alumnas y la esposa del
amigo.
Hace un tiempo dejó
de escribir, Adriá pensó
que se había casado, en las noches se
toca frenéticamente con las fotos
que conserva, hace un momento lo vio en las noticias y a pesar
del hielo en la frente,
Adria reacciona, para contar que le sucedió a Garcés.
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