Los excrementos
Amelia Martínez Apolinario
La gorda vuelve a entrar al baño, parezco un
meteorólogo de tuberías: se pronostica
para hoy tupiciones categoría cinco con rachas de peos con dirección sursureste.
Se recomienda a la población no cagar hasta nuevo aviso…Cuando la miro se
pone roja, seguramente lo echó ella. Ahora trajo café y apenadísima, me
pregunta si me ha dado mucha guerra el trabajo. Lo confirmo: fue ella. La
verdad es que llevo toda la mañana en esto pero me gusta mi oficio. No todos
pueden darse el lujo de estar tan cerca de la mierda ajena y entiéndase por mierda no solo la que se caga: destupí
hace poco en Marianao la cifa de un cliente que echaba por la tasa los condones
que usaba con el cuñado. He visto a gentes botar de todo, a veces pienso que los
inodoros son basureros para deshacerse de lo mal hecho. Quizás algún día le
hale la cadena a algo... ¿Cabrá todo un país? …
La gorda se lleva la tacita del café y yo aprovecho
para quitarme los guantes, con ellos no puedo manejarla bien y a la mierda hay
que tratarla con mano dura, eso lo aprendí en la escuela de conducta. Me gusta
estrangular macro mojones, revolver las plastas hasta hacer una espiral…no
existe mejor plastilina que la mierda. Es tan divertido amasarla (y en mi caso,
terapéutico) que no entiendo por qué ninguna mujer me deja masturbarme viéndola
cagar, y menos restregarle mi mierda en el cuerpo, total, si durante el parto
muchas se cagan hasta los pies delante de ginecólogos, enfermeros, anestesistas…de
haberlo sabido antes hoy no sería fontanero. Hay algunas hasta que las cagan
dentro, hambre fecal que les da a los bebés que serán futuros comemierdas. Yo fui
uno y tal vez por eso mi obsesión:
Coprofilia con delirios cropofágicos dice en mi historia clínica…
Meto más el brazo. La peste se asoma y calculo por
sus componentes el sueldo de la gorda: según caga el culo cobra el mulo. Estiro
la mano un poco más, llego hasta la traba y halo fuerte. Cuando creo que algo
se me va a salir si sigo pujando, saco un vestido de boda, un título
universitario y las barandas de una cuna por armar: no sabía que junto con la
mierda se botaban los sueños.
Termino el trabajo y voy a la sala. La gorda está
más roja, removiéndose en el sofá: está aguantando las ganas. Me mira con la
cartera abierta y alcanzo a ver que no tiene suficiente dinero para pagarme. Me
pregunto si cagaría para mí…
Haz abierto el cajón de mierda tanto, que hoy me acuesto a dormir sintiendo la peste. Que nadie se quede con lo literal de tu escrito, porque en este mundo incluso la mierda tiene muchos significados.
ResponderEliminarComo se dice en el teatro: Mucha mierda Amelia!
Haz abierto el cajón de mierda tanto, que hoy me acuesto a dormir sintiendo la peste. Que nadie se quede con lo literal de tu escrito, porque en este mundo incluso la mierda tiene muchos significados.
ResponderEliminarComo se dice en el teatro: Mucha mierda Amelia!
Wow Amelia, me ha encantado tu cuento. La verdad es que no esperaba mucho de una obra con ese título, pero cuando lo leí cambié de opinión. Las críticas que haces están geniales. Ojalá y pudiéramos jalar la cadena cada vez que hiciera falta...
ResponderEliminarÑoooo, qué clase de cuebtazo! Me encanta. Muy a lo boom!
ResponderEliminarSolo tú sabes ser escatológicamente genial
ResponderEliminar🤮
ResponderEliminarEstá muy bueno. No pensé que la semiótica de la mierda encerrara tantas aristas.
ResponderEliminarSencillamente genial
ResponderEliminarEsta to guapo . Original suerte 👍✌
ResponderEliminarThe best thanks 🤗🥰🥰
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