Fulano, Zutano Y
Mengano
Francisco Rocamadour
Fulano llegaría antes que Zutano para cobrar venganza. Lo mismo haría Mengano
si el primero se cruzaba en su camino.
El ruido del motor alertó a Zutano quien salió del bar con el revólver en la
mano. Desde la terraza, la mirada de Mengano cortó el aire frío de esa mañana
neoyorkina.
Al bajarse del automóvil, Fulano sacó su pistola de la guantera en forma
automática. Mengano contuvo la respiración y lo siguió con la mira telescópica.
Cuando Fulano entró al callejón, sintió que la sangre hervía en su cabeza. El
disparo fue certero: los tres cayeron al mismo tiempo. No hubo orden de precedencia ante la
muerte.
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