SENTIDO COMÚN
No sé qué tanto miran esos dos;
lo que tienen que hacer es darme el permiso. El artefacto era de mi abuelo,
antes de que yo naciera lo guardó en el varaentierra. Lo único malo sería el
hidrógeno, pero bueno no puedo empezar a plantearme problemas tan pronto. He
leído en algunos libros de química que se puede obtener hidrógeno utilizando
ácido clorhídrico y limallas de zinc.
La otra vez que vine fue lo
mismo, planillas, papeles y preguntas de doble sentido: “Dice usted que su
abuelo es el propietario legal. Y qué tiempo hace que usted lo tiene. Ha
pensado en los riesgos. Una vez que sea aprobada su solicitud qué piensa hacer.
Cuál es la finalidad que persigue. Usted cree que su proyecto será beneficioso
para la sociedad. Tiene usted algún pariente ruso; algún amigo. De dónde sacará
los recursos para los suministros”.
La cara del tipo no me gustó,
tenía una sonrisita burlona y una rascadera de cabeza como si no me estuviera
tomando en serio. Lo cierto es que ya lo tengo todo, aunque no se lo voy a
decir, allá él si cree que es una idea descabellada, como me dijo la primera
vez el funcionario que me atendió.
Venga mañana, insistió, el
director tiene mucho interés de conocerlo. Y así me fui, pensando en qué querría
el tal director conmigo y por qué tanto largo a mi asunto.
Cuando el jefe del órgano de
trabajo me recibió en la oficina habilitada para este trámite y se comportó tan
amable, me preocupé más todavía, después mandó a buscar café para los dos y
cerró la puerta.
Y una vez más pasé por lo mismo,
ya sabía yo, dije y comencé a hablar antes de que terminara la tercera pregunta
y me diera el mismo sermón: “Qué tiene de malo que yo tenga un cohete, que cuente
con todos los recursos para echarlo a andar. Es importante declarar cómo los
obtengo o de dónde salen. Si en esta oficina se aprueban todo tipo de servicios
prestados, por qué tanto miedo a que yo ofrezca viajes a la luna. La tarifa de
precios que propongo es justa, lo que ustedes tienen que hacer es darme un boto
de confianza. Si no puedo desviar el curso no lo haré, descartaré las visitas a
otros planetas, pero lo que no es justo es que esta es la tercera vez que tengo
que explicar lo mismo. Usted se imagina cómo recaudaremos, y qué me dice de las
amistades que haremos con otros habitantes, y ¡los extraterrestres!, con el
tiempo que llevan tratando de contactarnos, esto puede ser un gran proyecto
social compañero, quien quita que todo el que tenga algún artefacto guardado se
sume a esta iniciativa y no sea yo el único que transite por el cosmos, tal vez
tengan que abrir otras autopistas lácteas para ayudar a la circulación de los
futuros vehículos espaciales. Sí, no me abra los ojos, estamos en la era del
desarrollo, y el espacio no puede ser la excepción; o no será que usted querrá
que lo sancionen el día de mañana por frenar el desarrollo, usted no lee las
noticias, no sabe que las relaciones entre países están en muy buen momento,
usted no puede ir en sentido contrarío de la evolución. Mire, y le digo más, si
usted me aprueba el permiso para ejercer como cuentapropista y abrir mi
negocio, le daré una buena comisión, y ni decir del dinero que aportaré para
las obras sociales; es más, póngame en la planilla que estoy dispuesto a donar
todos los ingresos a los niños desamparados, a las embarazadas, a todo el que
lo necesite”. Señor, señor, usted se siente bien.
Tome un poco de agua por favor.
El café está sabroso cantidad. Entonces, ahora que ha recuperado el color y
dejado de sudar, dígame qué piensa de mi proyecto. Sí, claro, tengo un
bolígrafo. Mañana a primera hora lo espero, será para mí un honor recibirlo a
bordo, si quiere puede llevar a otros de este centro que estén interesados en
participar del primer vuelo. Yo sabía que usted entendería, es un problema de
sentido común. ¡Ah!, y no olvide usted llevar gorra y bufanda, póngase una ropa
que cubra bastante, me han dicho que por allá arriba están soplando muy fuerte
los vientos.
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