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Memorias del espejo

 

Seudónimo: Tibaracón

 

 

 

A Viñales,

antes y después de septiembre 2010

 

Los resplandores del atardecer iluminaban el gran valle mostrándolo en toda su belleza y aunque ella lo conocía muy bien, se mantuvo quieta y calladita, mirándolo y mirándolo; porque hasta hoy nadie se ha cansado de contemplarlo. Garralén dio varias vueltas sobre los mogotes y los palmares, las frescas siembras, la rosada tierra, los cubanos bohíos y el copo del motel, que parecía una paloma de arena echada entre las flores de la loma de Los Jazmines.

 

Dora Alonso: El Valle de la Pájara Pinta

 

 

El garaje para cuando nos alquilan la habitación pensar que Mundo ya no es el que volvió de Angola pero no hay quien hable mal de esto delante de él aunque por la tarde los deje donde el Queque para ese paseo a caballo y esta noche coman langosta en el mismo fogón donde cocinaré la comida de nosotros esto no hay quien lo entienda y tampoco me interesa como están las cosas lo importante es vivir verdad que este pueblo ya no es el mismo el turismo vino a cambiarlo todo antes las noches eran más tranquilas la gente se hablaba más no había turistas caminando por el valle podía uno ir a los hoteles pasarse un fin de semana ahí sin custodios preguntando qué va uno a hacer yo no me acostumbro pero en fin las cosas son como son después de todo no nos va tan mal lo que siempre molesta cuando tienes que sacar de tus ahorros para el impuesto que hay que pagar aunque no tengas gente o se va la corriente y tienes que comerte la carne que compraste para ellos porque no todos se quedan a comer en casa y no vas a dejar que se eche a perder entonces hay que cocinarla y te la comes sin tanto gusto porque sabes no fue para ti se te traba en la garganta puedes prepararla con el mejor sazón pero hay una parte que no baja no te hace digestión tampoco la botas se te queda dando vueltas de alguna forma y un día te levantas y quisieras perderte en esa neblina que parece va a tragarse este pueblo no sé qué me pasa hoy no tengo deseos de recoger el cuarto así debía sentirse mamá cuando se sentaba a mirar el Paredón como le llamaba al muro que Sixto el médico mandó hacer al fondo de su patio la ventana desde la que también yo miraba salir el sol que para mí nunca ha salido por el este porque el este para mí es El Yayal los pocos años que viví allí fueron los años más lindos de mi vida una escuelita que era un bohío una maestra a caballo desde aquí por esos campos que a mí tampoco nunca me ha dado miedo caminar sola había pobreza pero también algo que hace años no tengo sólo Dios sabe las cosas que miro cuando camino por ese interior de la calle Real a Rafael Trejo que entonces se llamaba San Mateo y era la otra calle de este pueblo hasta que el turismo vino a cambiar las cosas las veces que me quedo hablando con Margarita con Casilda y miro a los niños volver de la escuela mi nieto Yuri casi ya veinte años y pensando en casarse con una extranjera qué ejemplo para su hermanito Milton diez años de diferencia y esos cuartos ahí mirando el tiempo pasar una vieja más hablando con Margarita y Casilda que nunca se fueron y ojalá fuera yo en mi casa tan feliz como mamá lo fue con Melquiades en esos cuartos de Vicente Lisazo que es uno de los pocos lugares donde se puede hablar sin ver turistas ese olor a luna llena que me recordaba las noches del Yayal cuando la vega era el perfume más grande y limpio que una mujer podía echarse para gustar a su hombre y que mi papá no supo apreciar no es fácil a Mundo su papá lo mandó para acá porque en Candelaria lo iban a matar por sus actividades contra Batista habló con un amigo y le montaron un garajito mi papá dejó a sus dos hijos y su esposa en El Yayal porque no pagó una apuesta y lo iban a matar se fue y mamá lo volvió a ver casi veinte años después con cuatro hijos en el Puerto y una mujer que conoció en el Llano de Manaca por la que también tengo sobrinos allá y un hermano que fue maestro y ahora esa enfermedad se lo está comiendo qué falta me hace hablar con Guille tengo que llamarlo a Varadero a ver si adelanta su viaje de cada año para que se pase unos días con Rubén me da una cosa verlo en ese sillón de ruedas él que nadaba tan bien y ya ni le gusta que lo saquen al portal a ver el mar una vida que ya no es vida de la cama al patio con la mente clara Dios mío el lunes voy a verlo tenga o no tenga turistas aunque Mundo no me lleve en su máquina no importa cojo botella más tiempo le dedico a esta casa que un día me va a tragar con los pocos deseos que tengo yo de cocinar ni de hacer café con esa cafetera vieja que es la que le gusta a él claro como soy yo la que tiene que meterse en la cocina el día menos pensado revienta el día menos pensado le doy un zumbo para el patio y no me importa si los turistas se quedan sin café de todas formas ellos siempre van a tomar café con su dinero hoy lo que necesito es caminar me ahogo en esta casa quiero desaparecer coger por ahí y no hablar con nadie sentarme en Rastrarrompía a mirar esto desde arriba a ver si por lo menos mirándolo desde arriba se ve mejor los turistas que se paran a ver cómo trabajan los guajiros o caerles a foto a las máquinas de los boteros esos quitrines que lo que parece esa carretera a Pinar es un museo con esas cafeteras viejas dando tumbos y ellos embelesados por las máquinas que uno ni mira cuando se pone en esa esquina del hospital viejo a ver qué pasa y los ojos se te van adivinando quién viene quién va a parar y ser tú la primera si hay mucha gente ver cómo entras apretarte pagar sin que se te rompa lo que compraste la tarde que fui a la tienda y me puse a mirar los cuadros no sabía cuál comprar verdad que es un gasto tremendo pero después los ojos descansan esas montañas con nieve en la pared esos puentecitos con las casas que uno ve en las películas y te quedas pensando lo lindo que se vería Viñales con un poco de nieve en los mogotes aunque sea un día a ver cómo luce esto de otra forma se cansa uno de ver lo mismo y entonces me quedé mirando los cuadros vino una mujer empezó a preguntarme que cómo poner tres cuadros en la pared de la sala yo le dije que la cascada hacía calor y con el aire acondicionado en apagón tenía deseos de meterme desnuda en el agua que le enseñé deseos de sentarme a la salida de la Cueva del Indio y ver a los turistas salir en los botes la risa siempre hay alguien que ríe los guías tratando que los turistas se sientan bien como nosotros en fin de cuentas están por lo mismo pero yo miraba aquella cascada en la tienda y quería ver las hierbas colgando de las rocas a la salida de ese río que atraviesa los mogotes sentarme junto a la cascada los lancheros acercan el bote alguien se asusta que es el Niágara y yo mirando los ceibones en la piedra los bejucos envolviendo todo lo que pueden yo en el borde del agua con deseos de meterme allí y no estar en la tienda diciendo que la cascada se vería bonita en la sala cerca de los sillones y la ventana que no han abierto siguen durmiendo no son de levantarse temprano después de todo tienen que trabajar para venir aquí después se te quejan que todo es caro por qué no compramos algo para los apagones y es verdad lo que ellos no saben es que una plantica aguanta cinco horas no diez ni veinte todos los días si hasta las plantas de los hoteles a veces tienen problemas verdad es que trabajan para venir pero uno tiene que vivir y ponerles langosta en la mesa será fácil allá pero aquí es un problema te cogen en el brinco y pierdes lo que tienes con lo que me gusta comer langosta y la cocino más para ellos que para nosotros unos deseos de comer tranquila un buen bonito saber que cualquiera puede tocar y no se me va a paralizar la comida del susto es verdad lo que me dijo Nara su papá arreglando el frente poniendo unas lozas en la escalera y la gente le preguntó que si iba a alquilar él que sí para chivar cuando vieron que no entonces quisieron comprársela como si uno sólo arreglara la casa por los turistas por eso hoy en el almuerzo voy a prepararme un buen pescado tengo deseos de almorzar bien y almorzar sola él se va temprano a Pinar así que tengo tiempo de recoger los cuartos limpiar y sentarme a comer cuando yo quiera sin hablar también por eso me gusta esta calle es más tranquila que la calle Real aunque no conviene porque estás un poco apartado sólo cien metros pero en este negocio eso cuenta además cuando el turista se baja del viazul tienes que estar ahí con muchos con carteles me acuerdo de Dariel salió a esperar la guagua con un preservativo inflado que decía Villa El Tolete y la gente lo miraba como si se hubiera vuelto loco qué risa me dio hasta un turista se bajó y lo oí preguntando dónde estaba el muchacho del globo no es fácil pensar que dos amigas mías ya no se hablan por el alquiler una dice que la otra le tumbó un matrimonio como esos arreglos con el Queque él que no lo soportaba y ahora hasta toman juntos el otro día se fue para la vega del Queque y volvió borracho menos mal que se controla y sabe que no puede dar esos espectáculos si espanta a los turistas no sé de qué vamos a vivir por eso admiro a Fernando con lo que escribe y lo que sabe es para que tuvieran mejor vida pero ahí está con su mujer y la niña el sueldo de ella no da para vivir y él revisando libros dando conferencias luchando por ganar en los concursos que no da para tanto el problema es que hay muchos en lo mismo y yo los veo en su casita tratando de cortar esa ceiba que si un día viene un huracán esto va a ser lo más grande con esas ramas arriba de los techos y su computadora que por fin se la pudo comprar a veces me llama y me pregunta Berenice qué te parece esto entonces me lee una hoja completa yo qué sé Fernando yo no sé de eso pero es lo que más me interesa dice él los críticos empiezan con el estilo las escuelas y lo que necesito ahora es al lector sencillo ese que dice me gusta o no sin dar tantas vueltas las que doy en esta casa este pueblo sin nadie que escriba mi vida que diga cómo miro ese patio con tanta neblina que parece se va a tragar esto a ver si las cosas mejoran un poco.

 

NUEVAS ENTRADAS DE OBRAS AL II CONCURSO INTERNACIONAL DE CUENTO PRIMIGENIOS

 

El II Concurso Internacional de Cuento Primigenios publica de manera exclusiva las obras concursantes en el blog de la Editorial “Memorias del hombre nuevo”. En esta edición un jurado determinará el cuento ganador, pero la interacción de los lectores con los cuentos publicados es algo importante para la promoción y divulgación de la obra y los contenidos editoriales de Primigenios, Lunetra e Isliada.org.

Las obras publicadas en el blog no han sido editadas ni corregidas, según la regla del Concurso. Los autores son responsables de las erratas que puedan aparecer.

El Concurso Internacional de Cuento Primigenios ha recibido hasta la fecha más de 50 obras ya publicadas en el blog “Memorias del hombre nuevo”, para que los lectores puedan acceder a todos los cuentos concursantes. Además se publicarán las estadísticas de lectores por obra y otros datos de interés que nos permitirán promover la lectura y el amor por la nueva literatura, esa que se escribe desde cualquier lugar del mundo. 





 

Comentarios

  1. Excelente cuento que corre al ritmo del pensamiento y la redacción en segunda persona le da un vuelo muy real que me llevo se la mano hasta el final.

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