Como un perro
Seudónimo:
Rocco
Estoy en medio de una pelea
brutal. Los gritos de la multitud alteran mi instinto asesino. Soy un perro de
pelea, de esos pitbulls que en el barrio sus dueños utilizan para jugar
apuestas.
Enfrento a una jauría que por
momentos me acorrala. Para evitarlo, lanzo mordiscos y manotazos hasta que uno
de los canes, inadvertido, se abalanza sobre mi lomo y hunde sus colmillos con
tal fuerza que termino derribado sobre un charco de sangre, sin alcanzar a
moverme.
Entonces despierto sudoroso, retorciéndome
por un dolor inexplicable en toda la espalda, aturdido, sin poder distinguir
entre la realidad y la ficción, hasta que poco a poco recobro la conciencia y
el dolor va cesando.
Fabiana duerme, como en cada una
de estas siete noches en que el dolor me visita y la mantengo ajena a este
tormento que he soportado en un silencio estoico.
Desde la tercera noche comienzo
a perder parte del cabello. A la mañana siguiente acudo al doctor. Tomografías,
rayos x , electrocardiogramas, análisis de sangre, orina, hasta de semen, y
nada. No encuentra la causa de mis dolores ni la caída del cabello.
Busco una segunda opinión, repiten
los mismos análisis y otros, todos con el mismo resultado. La nada. He pasado
de mano en mano y la solución no aparece. Voy a curanderos, espiritistas,
brujos…
Por último visito a una
paramédico famosa que dice curar cualquier tipo de dolencias con energía
piramidal, acupunturas y repeticiones de mantras. Todo en vano.
─Mi amor, estás perdiendo pelo y
tienes pedazos de piel aquí en la pierna en carne viva.
Observa mi mujer con una leve
expresión de angustia, lejos de imaginar la sombra de incertidumbre,
sufrimiento y temores que me rodean.
─Ya fui al médico, me dijo que
es una dermatitis rara causada por un hongo pero que no debo preocuparme porque
desaparece en unos días.
Pero esta noche, por primera
vez, no siento dolor. Sin embargo, el insomnio se instala una vez más para
hacerme advertir la caída de las uñas de los pies. Lo peor es constatar que los
dedos no me duelen. Me levanto en silencio. Me dirijo al baño, enciendo la luz
y observo la carne seca, sin sangre, alrededor de la cuenca en que minutos
antes se encontraban las uñas. Los brazos y las piernas han adoptado un color
marrón intenso con la ausencia de piel en algunos sitios. Paso por el espejo y
noto que me faltan los párpados. Y me causa un asco terrible y un miedo
espantoso que ni el llanto consigue atenuar.
Yo, el caballero elegante, el
narcisista de cuerpo musculado, pudriéndome por dentro, sin saber la causa, ni
que karma diabólico me viene a alcanzar ahora por los pecados antiguos.
Y lo peor es la certeza que esto
es irreversible, que en pocas horas estaré completa y literalmente podrido,
despidiéndome de la vida, dejando como recuerdo para la posteridad, no mis
logros, sino una imagen horrenda.
Consulto mi reloj, son las cinco
de la madrugada. Busco sigilosamente entre las sábanas y la oscuridad. Al fin
recupero las uñas y algunos trozos de la piel desprendida. Los oculto entre unos
papeles, salgo al patio y hecho todo en la basura.
Comienzo a vestirme y justo
cuando termino, suena la alarma del móvil de mi esposa, que al despertar me
observa incrédula, vestido con ropas largas y gafas en pleno amanecer.
─¿Que estás haciendo?
Y le suelto que me marcho, que
ha pasado demasiado tiempo y aquellas mariposas que una vez sentí
desaparecieron, y por eso amo a otra mujer y no quiero seguir engañándola, que
me voy, que me perdone, mientras su rostro refleja una mezcla de incredulidad y
frustración.
Sin dar tiempo a que reaccione me
dirijo a la puerta. Al girar el yale, la mano se desprende, la agarro y la
coloco en un bolsillo. Detrás queda el llanto de Fabiana, y ya en la calle, a
lo lejos, cuando he perdido las piernas y me arrastro como puedo, una voz me susurra
“Te vas a morir como un perro”
NUEVAS ENTRADAS DE
OBRAS AL II CONCURSO INTERNACIONAL DE CUENTO PRIMIGENIOS
El II Concurso Internacional de Cuento
Primigenios publica de manera exclusiva las obras concursantes en el blog de la
Editorial “Memorias del hombre nuevo”. En esta edición un jurado determinará el
cuento ganador, pero la interacción de los lectores con los cuentos publicados
es algo importante para la promoción y divulgación de la obra y los contenidos
editoriales de Primigenios, Lunetra e Isliada.org.
Las obras publicadas en el blog no han
sido editadas ni corregidas, según la regla del Concurso. Los autores son
responsables de las erratas que puedan aparecer.
El Concurso Internacional de Cuento
Primigenios ha recibido más de una veintena de obras que publicaremos en el
blog “Memorias del hombre nuevo”, para que los lectores puedan acceder a todos
los cuentos concursantes. Además se publicarán las estadísticas de lectores por
obra y otros datos de interés que nos permitirán promover la lectura y el amor
por la nueva literatura, esa que se escribe desde cualquier lugar del mundo.
Una historia desgarradora y muy bien narrada. Me atrapó de principio a fin.
ResponderEliminarEsta historia es bien explícita y me atrevo a decir que me eriza la piel cada vez que la leo, me encantó.
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