Ana Lía y la Fábrica de Traumas
Day Cordero
´´Esto no es literatura señores, yo solo escribo para
hacerme famosa.´´
Dice que no tiene magia pero yo conozco a Ana Lía. Es
inadvertida como una tormenta en Mercurio. Hidrógeno en ocasiones para quien la
respire bien. Ella es un labio sellado. Un blúmer con secretos. La humedad sin
razón.
Ana Lía es la balada de 10 minutos que cantas a todo
pulmón delante del ventilador. La mujer en el camino que no sabe qué pinta ahí.
Es un orgasmo en los ojos. Tercer clítoris del humor. Una frase ingeniosa en un
funeral. El final alternativo en las tragedias griegas. El mar abierto por
Moisés.
Es coquetería de Magdalena, que roza con el pie el
miembro de Jesús debajo de la mesa en la última cena. Es el clima y no lo sabe.
Ay Ana Lía, ¿quién te roba el humor y te empapa en
pecado?
Las niñas como tú viven dispersas en el mundo, estoy
convencida. Cuando se encuentran se hacen hermanas de vida. El tarot las une y
el horóscopo las integra.
La semana pasada
te vi ´´tristona´´. No estés triste
mi Ana Lía.
Ay Ana Lía, repito ´´ay´´ porque a veces dueles ´´la
mía´´. Mira que te has enamorado de hombres con prisa. Y yo puedo entenderte,
orbitas donde el tiempo va más lento. Sé que allá donde las estrellas son más
chispeantes y la gente es muy buena todo sucede a la velocidad perfecta.
—Mira que
tú eres bonita.
***
Ana Lía, a los 9 años entendiste que no pertenecías a la
iglesia. Arrodillarse ante pedazos de yeso no era lo tuyo; aunque años más
tarde terminaras redimida ante carne casi tan inmóvil como la expresión de un
santo. Nunca fuiste buena memorizando oraciones, ni versículos, y mientras los
niños del coro desafinaban te preguntabas qué pasaría si a un santo se le
cayera la peluca.
Dicen: ´´esconde el cuerpo desnudo del pecado´´, pero todo
el tiempo la figura que representa a Jesús está mostrando el abdomen. Ese no es
Jesús, es su mánager en Los Ángeles, California.
Una vez escuchaste quejarse a tu tía ´´la loca´´ mientras
se empavesaba en pomadita china: ´´A este
Jesús que trajeron le falta un buen abdomen´´, los otros y tú no dejaron de
reír aquel domingo. Esa tarde el
pintor olvidó dibujarle una tetilla, estallaste a carcajadas en tu cabeza y
fingiste como una niña decente en el exterior.
Sé casi todo de ti
Ana Lía.
¿Recuerdas aquel trabajo voluntario en la Iglesia?
Limpiaste como si tu pase al parquecito dependiera de ello, esperaste los
´´caramelos prometidos´´ como recompensa y todo lo que obtuviste fue la
traumática experiencia de ver al padre Carlos cagando y tres estampitas de la
virgen.
La escena del padre defecando fue traumática, un triste
accidente, y la virgen, la virgen es muy linda.
¿Todavía sigues pensando que algunos pastores evangélicos
pueden hacer carrera en el rap? ´´Salmos van, salmos vienen como ráfagas en el Bronx
de New York´´. ´´Agacha la cabeza que te pega un salmo´´. Qué velocidad para
hablar, qué ímpetu. Casi tan rápidos como tú cuando te enamoras.
—Ana Lía
tu fe es divertida, y tu foto de la primera comunión también.
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A los 16 fantaseabas con el profesor de Historia de la
escuela. Un cuarentón bohemio, pelilargo, que hablaba de Alejandro Magno, la
Ilustración Francesa, Voltaire, Rousseau vs Maquiavelo y la naturaleza de la
maldad en el ser.
Tú tienes cara de buena. Te sentías mala y pecadora cada
vez que apretabas las piernas cuando veías a aquel temba diciendo que todos
tenemos algo de maldad. Los muslos ocultan tu maldad.
A ti te resbala
todo, y más cuando dice:
—¿Ana Lía?
—Presente profe.
A los 16 te alborotaba la idea de que el profe te
explicara la tarea como un celta y te dejara caer que la maldad era recíproca.
Su maldad se tornase palpitante cuando lo miraras, y quisiera derretir su
malicia en tu agüita nueva. A lo clandestino. A lo bajito.
La alianza que lleva en el dedo entorpece la trama.
También la entorpecen el silencio y los ojos hechos para juzgar.
´´Ay coño
que el profe no saca un boniato y cae rendido a mis pies´´
Conoces a Shakespeare porque ese loco vuelve cliché lo
imposible. Te calientas como el Vesubio mientras lees un artículo en
Cosmopolitan sobre hombres mayores y jovencitas decentes— LO MÁS IMPORTANTE ES
EL CONTACTO VISUAL— decía el artículo.
El profe tiene un ojo verde y el otro carmelita, como esa
expresión que dicen tanto en los muñequitos que ahora te aburren. Les esquiva
la mirada a todos, pero a ti te ve orgulloso cuando intervienes y aclaras que
Helena no era de Troya sino de Grecia.
Él parece extranjero. Tiene nombre de romano y una rareza
casi tan deslumbrante como su misterio.
Otro más para tus secretos.
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Ana Lía todavía sigues leyendo el periódico en el baño y
por alguna extraña razón sabes si te enamorarás de alguien si odias sus
zapatos.
Te enamoraste de un tipo ´´friki´´ que no entendía de
soledad. Un tipo sacado de una canción de Sabina. Te supo Gioconda en el valle.
Te empoderó en la cama. Te hizo reír, soltar un ligero pis encima de él.
Entregarse a esos hombres es como entregarse a la tempestad.
Esos hombres no responden al teléfono, ni siquiera tienen
uno. Coleccionan agujeros de vagina cual agujero negro a lo Hawking, y te
marean con poesía del día de los reyes magos. La nicotina te envenena y te
reprende a él. Pero cuando te dejan por redes sociales por temor al
´´compromiso´´, lo cual vendría siendo que otro agujero negro está haciendo
radiación, no dejas de sentirte el fenómeno menos interesante en el Universo.
(Para la
próxima esa explicación procura dársela a alguien que entienda de la vida y de
Física y no al primer bicitaxero que te pregunte una dirección).
A ti te dejaron por Caridad y su agujero negro. Caridad,
una estudiante de cine que se hacía llamar ´´Hipotenusa Maldita´´ en su perfil
de la Fábrica de Traumas. ´´Nusa´´
para sus amigos y la gente cool. Ella era como una especie de hija irónica de
Steven Spielberg, en el mundo caricatura por supuesto. Una especie de fórmula
cool y exitosa, casi tan exitosa como la Coca Cola. Con sentido del humor
acertado y comentarios evidentemente graciosos para la gente imbécil.
Sus intervenciones en la Fábrica de Traumas eran tomadas como predicciones de algún mesías
de la imbecilidad moderna.
Experta en: agua caliente y felicidad.
Tu presencia es imperceptible en la Fábrica de Traumas, muchas veces quisiste tener su vida y lo sabes.
´´ Ay
Hipotenusa Maldita, maldita hipotenusa, réstate dos catetos al cuadrado y
bórrate de la Fábrica de Traumas´´.
¿Qué
pensará Pitágoras, eh?
Tenía buenas tetas y un rostro muy peculiar, como si
Kubrick se hubiera follado a algún: ´´actor
europeo— ganador del César— no me baño desde mi cesárea— tengo cuatro greñas
rubias´´, luego ellos se hubieran quimbado a alguna Hippie LSD de
California y el bebe hubiera salido con los ojos de Bambi. Ella era la mezcla a
veces masculina y desenfadada de alguien bien raro con ojos muy dulces.
Esas tipas que creen haber nacido con un piercing en la
nariz, y les mienten a todos cuando dicen que fueron amamantadas por una tribu
inca, que lactaban agua de coco.
—Ana Lía
has sido amada por gente que no ves. No eres un teorema.
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Ay Ana Lía, dices que eres normal y sin hechizos, pero yo
te conozco. La Fábrica no es lo que
parece. Todo el mundo vive allí. Nadie quiere respirar realidad. Su letargo es
una pesadilla vestida de sueño.
Has salido con tanto idiota de la Fábrica de Traumas. Recuerdo cuando decías que la gente resume la
vida de una mujer en los tipos con los que sale y las veces que menstrua.
—Ana Lía
la vida de todo ser humano se resume a las veces que sus neuronas tienen
orgasmos.
En la Fábrica
todo es tremendo y exagerado. ´´Javi y los grasientos del Heavy Metal´´ te
multiplican por cero sin apenas compartir argumentos. La gente se empeña en ser
tan diferente que termina siendo igual.
Todos son ´´frikis´´, todos son algo menos hijos de sus
padres. Ahí están limpiándose las nalgas con Darwin, como el padre Carlos lo
hizo aquel día con el Atalaya. Hasta el desenfado está manipulado en la Fábrica.
Si eres friki tu cabello será tu propio proyecto de
jardinería. Si puedes tener un bonsái en el pelo mejor. Cambiarás tu nombre de
nacimiento por Jesho o algo sin sentido.
Serás el intento de trovador número 567, autor de hits
tales como: ´´Martes 13 en Guayaquil´´, ´´ El Calendario tiene 12 meses´´, ´´Se
me ha atorado la armónica en el culo´´, ´´Febrero tiene 29 días, por cierto´´.
Si quieres hacerte notar en la Fábrica
de Traumas el imperativo común será: ser diferente. Usarás moda futurista,
un día amarás el metal aunque cuando hagas pipi el chorro caiga sublime y
delicado mientras entonas una de Álvaro Torres.
Si quieres encajar en el mundo del trauma tendrás que
formar una banda alternativa llamada ´´Los Jinetes de Groenlandia´´, producirás
música a base del sonido que emite el estómago cuando tiene hambre. Usarás la
palabra ´´sobrevalorado´´ hasta para definir un cólico.
Para encajar en Fábrica
de Traumas tendrás que pertenecer a esa potencial minoría que extraña y
habla de lo que nunca vivió.
¡La gente de Fábrica se aburrirá tanto un día!
Tú mi Ana Lía, tú
tienes más misterio que una palabra rara en el Diccionario. Estás harta de la gente que orbita en tu vida
y luego desaparece. En tu planeta es bienvenido todo aquel que es como tú, pero
la idea de Fábrica es más fuerte y
dañina. En Fábrica hay reglas para
ignorarte y botones para esconderse.
Es tarde y quiero dormir. A estas horas el circo de Fábrica se convierte en una cacería de
carne. Sé que te da ansiedad y empiezas a buscar cualquier tipo de cosas como:
de qué materiales está confeccionado el poncho de Evo Morales o por qué Winnie
Pooh no usa calzoncillo.
No sabes a dónde vas. No eres dark, no eres rosada, ni
mucho menos roja. Fábrica se divide
en bandos de gente que opina y se maldice. Gente que muestra las nalgas y otra
que las critica. Se ofenden por todo, extrañas aquellos tiempos en los que un
pedo era lo único ofensivo.
—No
puedes controlar al mundo. No eres invisible para mí. Yo sí te veo.
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Has tenido tantas caras. Tantas formas. Has amado, te han
amado. Has dejado y te han abandonado. Él se ha hecho el borracho para
ignorarte en una película de vaqueros que creó en su cabeza. Ha llamado
´´baby´´ a otra mientras duermes. Tú tienes bondad y un sentido del humor
exquisito.
Eres torpe a veces hasta para seleccionar el emoji
correcto. Tú tienes bondad. Comportes intimidad y luego te avergüenzas.
Conjeturas sobre cómo alguien puedo estar triste o no después de hacer el amor,
porque tú sonríes cuando acabas.
Fábrica te dice cómo deber ser una mujer fuerte. La mujer con
trauma del siglo XXI:
—UNA MUJER FUERTE JAMÁS RESPONDE.
—UNA MUJER FUERTE
LE LLORA AL CHAMPÚ.
—UNA MUJER FUERTE SE PINTA LOS LABIOS, EMPINA Y SE BUSCA
OTRO.
—UNA MUJER FUERTE
UNA VEZ LA DEJAN ESCUPE EN LA MANO DE SU COMPAÑERA Y PROMETE VENGANZA.
—LOS SENTIMIENTOS SON TAN FÁCILES COMO UN PINTALABIOS.
—USTED MUJER MODERNA DE FÁBRICA DE TRAUMAS HAGA DE SU VIDA UN CALL OF DUTY DE VENGANZA.
Y así es como tu lucha pierde esencia. La espontaneidad
termina asfixiada por una ´´frase hecha´´ en una aparente libertad de saberes
manejada por los parámetros de otros. Aquí en Fábrica hay mucha gente gritando. Gente ridículamente feliz y
exageradamente triste. Fábrica de
Traumas es ego.
Tú Ana Lía, ni muy rara, ni muy plástica.
Necesitas respirar, sacar un boniato y dar contigo misma.
¿A quién
le pides cuando Dios te deja en visto?
Tu novio ya no te amó más. Tampoco es que lo quisieras
mucho. No te amó porque no quisiste desnudarte en un trio. Respetas el cuerpo
femenino, mas no lo deseas. Admiras la esencia de la mujer pero solo juegas
contigo misma y tu humedad. Tu nueva ilusión desapareció como un marine y el
amor propio se desplomó como un negocio de aire en la bolsa de valores.
Ay Ana Lía, tú sí sabes hacer un drama. Estarás bien pero
tu tragedia va porque va, y mientras lloras, piensas en ´´la cruel
experiencia´´ convertida en chiste, chiste que contarás cuando te repongas.
¡Ana Lía,
ANA LA LIA!— como te dijo una vez
aquel turista español.
Escribes un mensaje más extenso que el ´´Capital´´, donde
insultas hasta a los fósiles de su familia. Le dices llena de dolor que ´´la
tiene chiquita´´ y una serie de verdades que te obligaste a normalizar para no
quedarte sola. Le dices que mientras demoraba en venirse ´´tres películas de
Scorsese´´ te ponías a pensar en los muñequitos rusos. Que le faltó bajar al
pozo. Que debiste vomitarle en la última mamada. Y tu planeta se llena de ira y
cosas sin sentido que terminan hiriéndote a ti misma. Aterrizas en la Tierra,
vas a millón y presuntuosa como para darle ENVIAR sin siquiera revisar la
ortografía.
Lloras y luego te arrepientes.
—Ana Lía y su prisa. Deja de sentirte
atraída por hombres que parecen sospechosos.
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¿Quién
escapa del trauma aquí? ¿Quién cierra los ojos como tú y huye del caos que
supone esta contaminación de ideas?
Cierras los ojos para recordar cómo se sentía la vida sin
tanto trauma. Te deslizas dentro de ti misma, casi tan lento como aquella vez
que dejaste caer tu vestido, sublime e inesperada, como las actrices en las
películas místicas. Nínfula eras para aquel hombre y sus secretos. Fuiste muy
valiente a los 16.
Te vio gemir en verde y carmelita, mientras tus caderas
balbuceaban un: ´´síngame papito´´, el
más vulgar de los ´´cubanismos´´ no es tan salvaje como la alquimia que
desprenden sus cuerpos en el encuentro. Atracción intelectual, maldad del ser,
alma linda y carne descubierta.
Se le enciende la punta. Se le hincha la vena y a ti te
prende el candor.
Aquel profe con nombre de romano te abría el grifo, te
profanaba el alma y te besaba en la frente. Te volteaba el cuerpo, te bebía, te
inclinaba en ángulos rectos, te respiraba ajena hasta que aparecías solita a
tocarle la puerta.
Le pusiste
soundtrack a sus manos. Te gustó su calcetín. Bautizaste un libro con su
nombre. Te violó la boca.
¿Cuántas veces estuvo en tu pensamiento, en tus libretas,
en tu tesis de la Universidad?
Tus pies estaban hechos para rozarle el misterio, tus
manos para explorarlo y tus labios de Gioconda para articular su nombre en el
silencio de 4 paredes. Le conquistas las hormonas, y él te humedece hasta los
espejuelos, mientras te dedica poesía escrita por hombres muertos.
El profe y su
idea. Uy, la parábola del profe. En esa parábola te castigabas a ti misma. El
profe y su cosmos, ese cosmos que extrañas en este maldito mundo de trauma.
Nostálgica recurres al recuerdo de alguien que te percibió los latidos hasta
con la lengua.
11: 11
¿Qué
habrá sido de la vida del profe? ¿Con cuántos trenes habrá chocado? ¿Habrá
muerto por un ataque de risa causado por alguno de sus chistes?
—Ana Lía, tú y los recuerdos. Las historias que cuentan
tus neuronas mientras un ojo le pide permiso al otro para dormirse y se te
dibuja una sonrisa. Trauma allá afuera y tu niña aquí adentro.
No estés triste, yo busco palabras nuevas para ti. No
estés triste Ana Lía:
—Tira la
piedra y escribe la historia, que yo te quiero.
Super bueno!!
ResponderEliminarAy Ana Lía que traumas, Day Cordero, tas to duraka
EliminarGracias por leerme.Un beso con trauma para ti.
EliminarTe daré una calificación de excelénte, me encantó!��♂️
EliminarDe los mejores cuentos tuyos que he leído! Excelente, amiga! Te felicito.
ResponderEliminarEncantada 😂🤣🙏🙏🙌🙏🙌🙏 muchísimos éxitos Day!!! Y suerte!!!
ResponderEliminarGenial, como siempre
ResponderEliminarMe encantaría ver que publicaran tus escritos
ResponderEliminarExcelente como siempre, Day.
ResponderEliminarDe mis preferidos D, no dejes de escribir nunca 😚😉💞
ResponderEliminarLa tiza molida 🤓
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ResponderEliminarMe ha gustado mucho en verdad, sarcástica y frívola toda ves que sencible y emotiva, llena de degustacion y sabores mezclados, atractiva, erótica y sensual, nos traes a Ana Lía.
Desde aquella crianza conversadora de yeso y alabanzas de ritos y rap del orador exacerbado hasta el deseo eréctil y adolescente de la abundancia cuando hay escasez.
Un historia tan llena de matices con réplicas de la sin razón habitan La Fábrica de Traumas.
Me ha gustado mucho en verdad, sarcástica y frívola toda ves que sencible y emotiva, llena de degustacion y sabores mezclados, atractiva, erótica y sensual, nos traes a Ana Lía.
ResponderEliminarDesde aquella crianza conversadora de yeso y alabanzas de ritos y rap del orador exacerbado hasta el deseo eréctil y adolescente de la abundancia cuando hay escasez.
Un historia tan llena de matices con réplicas de la sin razón habitan La Fábrica de Traumas.
Me encantó muyfresco de lo mejor.
ResponderEliminarNo me canso de leer esto...
ResponderEliminarSin palabras... exelente material 👌
ResponderEliminarMuy bueno! Un desenfado y una naturalidad tremenda que convierte a cualquier lector en cómplice de la historia narrada. Felicidades!!!!
ResponderEliminarGracias por sus comentarios!
ResponderEliminarMuy interesante e intuitivo. Grato de leer y descubrir.
ResponderEliminarMe encantaaaa
ResponderEliminarYou... you...
ResponderEliminarMejor me callo.
Me encantó Day��
ResponderEliminarTrauma, Ana Lia y lo íntimo. Me encantó. Maravillosa Ana
ResponderEliminarBuen trabajo artista.
ResponderEliminarBuenísimo
ResponderEliminarMe encantó ��
ResponderEliminarMe atrajo la historia de Ana Lía, contada por una voz sensual y dolorosa a la vez, como la propia protagonista. Cuántas Ana Lía deambulan por el mundo nuestro, y jamás las conocenos; pero esta de Day Cordero se nos presenta desnuda, con sus traumas y fantasías, con sus esperanzas, para sensibilizarnos y agradecer esta grata lectura.
ResponderEliminarMuy bueno,entretenido y acertado para estos tiempos de traumas,jajaj,éxitos muchos, para ti.
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