REGRESIONES
Fabián
Alpuche
-Siento
que algo me falta, Doctor, me siento deprimido todo el tiempo, y eso porque
siento que me hace falta un no sé qué, no tengo la menor idea de porque este
sentimiento y por lo mismo he venido a pedirle su ayuda- El joven habla, mientras
el psiquiatra apunta en su libreta las partes importantes de lo que su paciente
menciona, esa sensación de vacío inexplicable que agobia a ese joven hombre de
27 años, un empresario independiente de mucho éxito, que a pesar de sus
triunfos padece de depresión.
-¿Tienes
algún problema en tu trabajo? ¿Estás feliz ahí?- El psiquiatra pregunta
cálidamente, es un hombre que siente una empatía particular por todos sus
pacientes, que sabe cómo indagar dentro de sus mentes.
-No
creo que tenga que ver con el trabajo doctor, me va bien, con altos y bajos
pero ahí soy feliz- El paciente responde, y el doctor piensa.
-Podría
recetarte ansiolíticos, antidepresivos y muchos medicamentos más, pero antes de
hacerlo, quiero llegar a la raíz del problema de una manera diferente, sin la
necesidad de narcóticos-
-Lo
que usted considere necesario- El paciente responde, desesperado, cansado de
sentirse como se siente ahora.
-A
ti te hace falta algo, y estoy casi seguro que podremos llegar a la raíz del
problema, pero tendremos que indagar en tu subconsciente- El doctor está a
punto de dar una solución.
-¿Has
escuchado hablar de la terapia de regresión?- El doctor pregunta.
El
paciente duda, la terapia de regresiones no es considerada por muchas personas
como verdadera ciencia.
-Si
he escuchado de ella, Doctor, pero no sé si sea lo que necesite en estos
momentos- La duda invade las palabras que salen de su boca, el doctor sonríe y
responde.
-Sé
que es un poco difícil confiar en procedimientos controversiales, pero
piénsalo, lo peor que puede pasar es que no funcione, y no la volvamos a usar,
pero si funciona, habremos llegado al problema sin la necesidad de usar
narcóticos, algo que es muy conveniente para una persona tan joven como tú, la
medicación a tu edad podría ser un problema a largo plazo, solo déjame
intentarlo una vez, solo una es lo que pido, y si no te convence no volveremos
a hacerlo-
El
paciente piensa por un momento, el doctor tiene razón, sus palabras lo calman,
no tiene nada que perder, tal vez sea momento de probar algo nuevo.
-Pues
¿Qué es lo que tengo que perder?- El paciente ríe mientras dice esas palabras,
tratando de ocultar ese vacío en el pecho que ha sentido por mucho tiempo, el
doctor hace lo mismo.
-Muy
bien, vamos a empezar entonces- El doctor se levanta de su silla y le pide al
paciente que pase al diván de cuero, clásico sillón que se encuentra en muchos
de los consultorios de los psiquiatras y psicólogos-
Han
pasado unos minutos, el paciente esta acostado en el diván, el doctor está
cerca de él sentado en otra silla.
-¿Estás
cómodo?- El doctor pregunta al paciente acostado.
-Sí,
lo estoy- El paciente miente, no se siente cómodo, y el doctor lo sabe, pero
ahora no es relevante, la terapia empezará y la incomodidad se olvidará
-Bien,
vamos a empezar, respira profundamente…
EGIPTO
XIV A.C.
Una
bella mañana, una mujer despierta mientras observa a su amado desde la ventana
arando el campo, viven solos, ermitaños, era lo único que podrían ser, el
siendo un esclavo, ella siendo hija del faraón, el amor entre los dos creció
hasta volverse intenso y devoto. El hombre observa a la mujer que se ha asomado
a verlo, sus bellos ojos lo cautivan, uno verde y uno café, él le sonríe, fue
el esclavo designado a ella en su infancia, como un amigo de su edad, pero desde
pequeños sabían que había algo diferente, el amor floreció rápidamente, y no
tuvieron más alternativa. Cuando ya eran mayores decidieron escapar, su amor
era prohibido, era la única salida, y hasta el momento, no se han arrepentido
de vivir en las afueras, ocultándose de su padre, y del castigo de aquel hombre
que nació esclavo, pero al lado de la mujer que ama se siente tan libre como
cualquier miembro de la nobleza.
Comparten
el pan en la comida, la mujer, la hija del faraón no extraña los lujos ni la
opulencia, le basta estar al lado de él, al lado de su amado, llevan años
viviendo así, poco a poco sintiéndose más libres, seguros de que no los
encontrarán.
Acostados
en la noche uno junto al otro, la mujer dice unas palabras.
-Creo
que estoy embarazada, mi amor- El hombre, al escuchar esas palabras no puede
evitar sentirse increíblemente feliz, tal vez la mayor felicidad que ha
experimentado en toda su vida.
-Me
has hecho el hombre más feliz del mundo, amada mía-
Otro
día más ha pasado, la mujer ve al hombre platicando con un extraño afuera de la
casa, hablan tranquilamente, aunque no alcanza a escuchar que es lo que están
diciendo.
El
hombre entra a la casa, su tranquilidad se ha esfumado.
-Tenemos
que irnos- El hombre le dice a su amada mientras empieza a recoger todas las
cosas posibles y empezar su huida. La mujer no entiende nada y quiere
respuestas.
-¿Qué
pasa?-
-Nos
han descubierto, ese hombre es un buen samaritano que vino a avisarme que los
hombres de tu padre están cerca, que están buscando a un esclavo y a una mujer
de la realeza, él sabía desde un principio quienes éramos por nuestras
facciones, es un vecino que supo de nosotros cuando llegamos pero decidió
guardar el secreto, se ha corrido la voz, vienen para acá, caminó lo más rápido
posible para adelantarse a aquellos hombres, tenemos poco tiempo-
La
mujer y el hombre salen rápidamente de su hogar cargando solo lo necesario, la
mujer se sube en el caballo que tenían en un pequeño establo atrás de la casa y
empiezan la travesía.
Han
caminado por el desierto, tomando poca agua, racionalizando, no saben cuándo
llegarán al poblado próximo. A lo lejos se puede ver a unos hombres, los han
alcanzado.
-Tienes
que salvarte, tu padre no te perdonará, cabalga lo más rápido que puedas- El
hombre está a punto de darle un golpe al caballo para que empiece a galopar,
pero la mujer lo detiene con unas palabras.
-Estamos
juntos en esto, no me alejarás de ti y yo no me alejaré de ti-
-Me
matarán-
-Nos
matarán a los dos- La mujer responde.
Los
hombres los alcanzaron, violentamente toman al hombre que fue una vez un
esclavo y le cubren los ojos con una capucha mientras grita el nombre de su
amada que ha sido bajada del caballo gentilmente, sea como sea sigue siendo la
hija del faraón.
Han
llegado a su destino, el esclavo esta frente al faraón, y lo único que quiere
preguntar es donde está su amada.
-¿Crees
que te mereces una respuesta? Eres un esclavo, un esclavo que traiciono mi
confianza, ella no es tu amada, ella es mi hija, y no la volverás a ver nunca
más- El faraón habla enfurecido.
-Mañana
será tu ejecución- Sus últimas palabras antes de levantarse y retirarse. Los
hombres toman al esclavo y lo escoltan hasta una pequeña celda. Toda la noche
el hombre ha pensado en su mujer, no sabe si está viva, y ruega a los dioses
que su castigo haya sido mucho menor que el de él.
Es
de día, el hombre está frente una multitud, el faraón está sentado al otro
extremo del lugar. Da una señal, y varios hombres llevan junto al faraón a su
hija, que con lágrimas en los ojos pide piedad para su amado, los hombres la
retienen mientras el faraón da la señal. Una espada se desenfunda, lista para
arremeter contra aquel esclavo que por un tiempo fue un hombre libre con la
mujer que amaba, el no piensa en su muerte, piensa en ella, le sonríe,
resignado, lo único que se lamenta es que no podrá pasar el resto de su vida
con ella. La espada termina con su vida.
El
paciente despierta abruptamente en el diván del doctor.
-¿Que
fue eso?- Levanta la voz
-Tranquilo,
cálmate- El doctor habla sereno.
Han
pasado unos minutos, el doctor explica lo que pasó.
-Entonces
me está diciendo que lo que vi es una vida pasada-
-Así
es- El doctor responde a su pregunta.
-¿Y
qué tiene que ver esa vida pasada con lo que me está pasando ahora?-
-Pues
primero que nada quiero preguntarte ¿Cómo te sentiste?- El doctor pregunta, y
el paciente analiza.
-La
verdad, antes de pasar por lo que parece que fue mi muerte, todo fue perfecto,
mis sentimientos hacia esa mujer eran intensos, me sentía feliz, y olvidé por
completo ese sentimiento de vacío que he tenido desde hace mucho tiempo- El
paciente habla, estaba feliz en aquel momento.
-Creo
que es muy pronto para sacar conjeturas, pero insistiría en que vengas mañana a
la misma hora para más estudios-
El
paciente y el doctor se despiden después de hablar sobre las siguientes
sesiones y la poca información que tienen hasta el momento.
Es
un nuevo día, el paciente ha llegado al consultorio a la hora acordada,
empezarán la terapia una vez más.
-¿Estás
listo?- El doctor pregunta…
JAPÓN
1523
El
joven samurái ha regresado a casa después de una larga batalla, herido,
cansado, pero vivo, pensando solo en una cosa, su mujer. Los árboles se agitan
con el viento en el camino hacia la aldea, el pasto verde húmedo por la brisa
de la mañana, camina lo más rápido que puede, esperando llegar a casa,
esperando llegar a su mujer, su sueño ha sido verla de nuevo después de tantos
meses sin encontrarse con sus bellos ojos, uno verde y uno café.
Los
hombres y mujeres de la aldea lo reverencian cuando pasa, mostrando su respeto
al gran guerrero que ha llegado de nuevo a casa.
La
puerta de una choza se abre, las botas del guerrero se quedan afuera, y camina
dentro del lugar tratando de no hacer ruido, tratando de sorprender a su mujer.
Ha llegado al cuarto principal, su esposa está dando la espalda, orando a los
dioses por el bienestar de su esposo.
Una
pisada, ella la escucha, las lágrimas caen al suelo, ella no voltea todavía, el
guerrero se acerca hasta tocar su hombro, la mujer se eriza al sentir la mano
de su amado, la toma con la suya y por fin voltea a verlo. Un abrazo, dura
mucho, pero para ellos, fueron solo unos segundos. Los dos están juntos de
nuevo, felices, enamorados, jóvenes, y listos para vivir en paz.
-Mi
amor, he esperado este momento tanto tiempo- El guerrero habla.
-Yo
también amado mío, he rezado a los dioses para que estemos juntos de nuevo-
-Te
escucharon- El guerrero responde.
-Deberías
descansar, ha sido un largo viaje-
-No
estoy dispuesto a desperdiciar este día descansando, estoy contigo, por fin, lo
único que me mantenía vivo en la batalla-
La
pareja habla todo el día, ella de lo que ha pasado en la aldea, el de su gran
viaje y las batallas, omitiendo los detalles que podrían resultar sangrientos y
poco disfrutables.
Es
media tarde, el momento perfecto para caminar en la aldea. Los dos salen de la
choza y pasean hasta encontrar el lugar donde se enamoraron años atrás, un
cerezo cerca de un riachuelo, un paisaje perfecto donde ellos se encontraron
por primera vez y se enamoraron perdidamente sin la necesidad de decir una
palabra.
-¿Recuerdas
que pasó aquí?- El hombre sonríe cuando le pregunta a su amada.
-Claro
que lo recuerdo. Recuerdo a aquel muchacho engreído caminando con su espada
mientras yo estaba sentada aquí con mis amigas, recuerdo que pasó muchas veces
alardeando y no dejaba de verme- La mujer presume en tono bromista.
-Sigues
estando tan hermosa como el día que te conocí- Un tierno beso mientras el sol
baja por las colinas.
Esa noche hacen el amor intensamente, como dos
almas que se fusionan, que se mueven al mismo compas, como si hubieran sido
diseñados el uno para el otro.
-Solo
recuerda que te amo- El guerrero le dice a su esposa al oído mientras ella
duerme.
Es
de día, un día terrible para la mujer, su llanto no para, inconsolabe, su
esposo nunca despertó, las heridas internas hicieron estragos en su cuerpo, no
resistió, lo único que quería era ver a su mujer una vez más antes de morir, y
lo logró.
De
nuevo el paciente despierta bruscamente, el psiquiatra lo calma con sus palabras y su tono de voz cálido.
-Estás
bien, estás en un lugar seguro- El
psiquiatra toca el hombro del paciente, se calma y comienza a hablar.
-Ella
de nuevo, esos ojos particularmente hermosos-
-¿Empiezas
a notar algo?- El psiquiatra sonríe mientras pregunta, él sabe lo que está
pasando.
-Creo
que ella es el amor de mi vida, ella es lo que me hace falta- El paciente
responde.
-Exactamente,
y ese sentimiento que tienes desde hace unos meses es porque la necesitas en tu
vida-
-Pero
¿Cómo encontrarla?-
-Creo
que eso es algo que no podemos controlar, pero podemos indagar más en tu
pasado, tal vez buscando en la historia, podamos apresurar el tiempo presente-
-Hagámoslo
de nuevo, doctor- El paciente se vuelve a acostar en el diván.
-¿Estás
seguro? ¿No quieres esperar un día? Lo que viste fue algo muy fuerte-
-No
doctor, tengo que verla de nuevo, necesito verla aunque sea un instante- El
paciente que era escéptico hace unos momentos, ahora necesita volver a la
terapia y ver a la mujer de un ojo verde y uno café.
-Muy
bien, lo haremos una vez más el día de hoy- El doctor habla, el paciente
empieza a sentir pesados los ojos y su cuerpo completamente relajado, listo
para entrar de nuevo al pasado y ver a su amada.
ALEMANIA
1941
Son
tiempos duros, la Alemania nazi tiene campos de concentración regados por todo
el país, un lugar difícil para vivir, donde el amor surgió repentinamente entre
un hombre judío y una mujer obligada a trabajar para el partido nazi. El joven
judío vive escondido entre los muros de la casa de la mujer con un ojo verde y
uno café, una mutación no bien vista por los nazis, pero afortunadamente su
trabajo es extremadamente importante para los campos de concentración, en donde
ella administra los insumos y la economía de los campos, pero sin que nadie más
lo sepa, ayuda a jóvenes judíos a escapar uno por uno para no levantar
sospechas.
Es
de noche, entre los muros de la casa la mujer y el hombre cenan, sonríen, a
pesar de vivir una época muy difícil, su amor es puro como la brisa que baja de
las montañas.
-¿Te
gustó la cena?- La mujer pregunta a su amado.
-Como
siempre- El hombre sonríe, la mujer
tiene un don para cocinar inigualable, tienen la esperanza de que cuando
termine la guerra, puedan abrir un restaurante, donde ella será la jefa de
cocina y el será el administrador del lugar, un plan perfecto para ellos.
-Ayer
pude sacar del campo de concentración en mi automóvil a Hadassa, fue difícil
pero lo logré- Hadassa es una mujer muy conocida entre los judíos, su padre fue
defensor de su gente por muchos años, desafortunadamente falleció en la guerra,
y Hadassa siguió peleando hasta que fue capturada y enviada al campo de
concentración. En ese momento, el joven judío se levantó de su lugar para
acercarse a su amada y abrazarla fuertemente.
-Sé
que lo que haces es lo correcto, pero tengo miedo que te descubran, temo por lo
que te vayan a hacer- La mujer igual lo abraza y responde.
-Lo
se amor mío, pero no puedo quedarme con los brazos cruzados sin hacer nada
esperando a que todas las personas que están en el campo fallezcan- Ninguno de
los dos habla más, solo siguen abrazados pasando los minutos.
Un
toca discos empieza a tocar música, la mujer, que ya salió del lugar secreto
entre las paredes se aleja del toca discos y llama a su amado, que sale de la
puerta escondida en las paredes de la casa, las ventanas están cerradas y con
cortina oscura, para no llamar la atención de algún vigilante, el hombre se
acerca a la mujer, la toma de la mano y de la cadera y empiezan a bailar
suavemente, los latidos de sus corazones van al mismo paso, su amor es fuerte y
vibrante, los pasos de baile son cortos y lentos, una bella balada entre dos
personas que fueron diseñadas para estar juntas.
-Te
amo- La mujer mira a los ojos al hombre.
-No
tanto como yo te amo a ti- El hombre responde viendo a los bellos ojos de
diferente color de la mujer.
Han
pasado las horas, es momento de dormir, el hombre está escondido en su lugar
dentro de las paredes, un momento doloroso para los dos, tener que separarse
por las noches.
Es
de madrugada y los golpes a la puerta son fuertes, la pareja se despierta, el
intentando escuchar dentro de las paredes, ella levantándose de su cama
rápidamente, corre hacia la puerta secreta donde está su amado y se para frente
a ella sin abrir.
-Son
ellos, no importa lo que escuches y lo que digan, no salgas, te amo- La mujer
susurra para que su amado la escuche.
Se
abre la puerta, se escucha a los soldados decir unas palabras a la mujer, pero
no logra distinguir que dicen. Silencio total por minutos. Se aventura a salir
cuando ya no se escucha nada, necesita saber si su mujer está bien. La puerta
secreta se abre. El hombre sale, la casa está vacía, y la puerta que da a la
calle se encuentra abierta.
-Sabíamos
que ella ayudaba a judíos a escapar a la libertad- Una voz de un hombre que
había permanecido en silencio y escondido esperando, era el jefe de la mujer.
-Solo
que no sabíamos qué hacía con ellos, ahora vemos que los escondía en su casa,
que asco-
-¿Qué
hiciste con ella?- El joven judío pregunta.
-Recibirá
el castigo pertinente- Al escuchar esas palabras, el joven judío se rompe.
-No
es culpa de ella, yo la obligué a esconderme-
-No
importa cuánto mientas, no podrás salvarla-
Al
escuchar esas palabras, el joven judío intenta atacar al oficial que está a
unos metros de él, teniendo la esperanza de recuperar a su amada, una esperanza
que resulta en vano. Antes de llegar a él y poder atacarlo, el oficial
desenfunda, solo necesito un disparo.
El
paciente despierta con lágrimas en los ojos.
-Por
dios, ella fue castigada por mí- El psiquiatra calla y escucha a su paciente.
-Nos
amábamos tanto, pero por alguna razón nunca podemos envejecer juntos, siempre
pasa una desgracia-
El
psiquiatra se anima a hablar.
-Tal
vez porque solo estas recordando los momentos difíciles de la humanidad, porque
estoy absolutamente seguro que han
tenido vidas plenas los dos juntos- El paciente escucha las palabras del
psiquiatra.
-¿Y
eso cómo puede saberlo?- Al escuchar esa pregunta el psiquiatra sonríe.
-Porque
los he visto a través de todas sus vidas-
-¿Qué
quiere decir con eso?- El paciente pregunta, no entiende lo que pasa.
-No
siempre soy un psiquiatra, pero siempre soy un guía, querido amigo, unos me
llaman destino, otros un ángel, todo es incorrecto, solo soy un guía en la
vida, y te prometo que en esta vida, serás feliz hasta que mueras a una edad
avanzada, junto a la mujer que amas, llámame loco si quieres, porque lo estás
pensando en este momento, y sé que después de esto no nos volveremos a ver, pero
es una promesa que te hago, serás feliz, encontrarás a la mujer que has amado
por milenios- El paciente escucha y se siente completamente incómodo.
-Ok
doctor, creo que es hora de irme- El paciente se levanta del diván rápidamente.
-Adiós-
El psiquiatra se limita a despedirse con una sonrisa, sin tratar de detenerlo.
La
puerta del consultorio se cierra, el psiquiatra sonríe y dice unas últimas
palabras.
-Es
una promesa, la encontrarás muy pronto- El paciente y el psiquiatra nunca más
se volvieron a ver.
Han
pasado meses desde aquella última visita al psiquiatra, el sentimiento no se ha
ido, aunque ahora tiene dudas, después de darse cuenta que el psiquiatra estaba
completamente loco, duda de lo que había pasado, tal vez haya otros motivos
para sentirse así, tal vez no es una mujer con ojos diferentes, tal vez todo
fue una ilusión causada por una persona que quería experimentar con él.
Sentado
en su oficina, el negocio ha ido bien, tanto que ya tiene la oportunidad de
contratar personal.
-Señor,
la señorita que presento su currículo para gerente de contabilidad está aquí- Su
asistente le avisa.
-Dígale
que pase-
Una
mujer bella entra a la oficina, el joven empresario la ve, no puede creerlo, el
sentimiento de vacío que tenia se ha esfumado.
Después
de un tiempo dentro de la oficina, la mujer sale con la felicidad en su rostro,
había conseguido el trabajo. El hombre no puede más con ese sentimiento,
necesita estar cerca de ella, y corre para alcanzarla.
-Disculpe
señorita, pero tengo que decirle que es la mujer más hermosa que he visto en mi
vida, perdóneme si la hago sentir incomoda- El hombre le dice a la mujer, ella
se sonroja, pero no por pena, sino porque ella sintió lo mismo desde el primero
momento que lo vio.
-¿Puedo
invitarle un café?-
La
pareja llega al restaurante más cercano para tomar el café que aquel hombre le
había ofrecido a la mujer.
Después
de una larga plática el hombre se anima a decir algo más.
-Tienes
unos ojos hermosos, perdón por ser tan impetuoso-
La
mujer se avergüenza.
-No
son mi verdadero color, lo oculto porque me da un poco de vergüenza tener ojos diferentes
- Dice la mujer mientras se levanta para ir al sanitario.
Regresa
del sanitario y se sienta con un estuche para lentes de contacto en su mano, su
mirada es aún más hermosa de lo que pensó aquel hombre, un ojo verde y uno café
Excelente triller psicológico
ResponderEliminarExcelentes historias.
ResponderEliminarQue cruel el destino que los hacia coincidir para luego decirse adiós... O será tan piadoso que les daba la dicha de amarse poco eternamente en cada vida?
ResponderEliminarExcelente historia felicitaciones al Autor.
ResponderEliminarMagnífica historia, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarIntenso y emocionante cuento, apasionante y adictivo.
ResponderEliminarExtraordinario Cuento corto. No puedes dejar de leer, la narrativa te atrapa.
ResponderEliminarExcelente!!!!!!!
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarExcelente! Muy bueno
ResponderEliminarExcelente quedé super atrapado con la historia
ResponderEliminarMuy buena historia, Excelente!
ResponderEliminarMuy buen cuento!!
ResponderEliminarExcelentes historias, te dejan atrapadas.
ResponderEliminarExcelente historia, no podia dejar de leer
ResponderEliminar¡Me encantó! Felicidades Fabián.
ResponderEliminarHermosa historia, bien llevada, un suspiro por esos amores del destino
ResponderEliminarGenial
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