Mi gran Aventura
Carlos
Latorre Gutiérrez
En Mayo del
año 1970 dejé mi país y por primera vez me subía a un avión para emprender una
aventura que duró 40 años, yo no buscaba el sueño americano, solo buscaba
aventura, era joven y con muchas ganas de ver y vivir cosas nuevas, así fue que
llegue a Estados Unidos como inmigrante legal, la capital del automóvil, fui
recibido por los oficiales de inmigración con la bandera y mucha información
que me ayudaría en mis primeros días, Jersey City fue la ciudad donde algunos
ex compañeros de trabajo me esperaban, esta ciudad ubicada en New Jersey y a
minutos de New York City fue mi lugar de residencia por un tiempo, a los pocos
días conocí a Manuel un español y nos hicimos “room mate” él estudiaba y
trabajaba en Manhattan, mis primeras visitas a las oficinas del gobierno
buscando trabajo no fueron muy exitosas, si habían pero no era lo que yo
buscaba hasta que un día mi amigo me ofreció ayudarme, él tenía un trabajo muy
especial, era único y bien remunerado, al principio no sabía si yo estaba
preparado para un trabajo como Manuel
tenia, mi inglés no era lo mejor pero si entendía bastante y siempre demostré
falsamente que si hablaba inglés, él trabajaba en el Metropolitan Opera House
de New York, poco o nada sabía de ese lugar y me parecía algo imposible para mi
trabajar en ese lugar, recuerdo cuando Manuel me dijo…..tú tienes buena pinta y
puedes ser contratado…..y así fue que un día yo y Manuel atravesamos el rio
Hudson por el túnel subterráneo en un Pontiac Grand Prix 1968 convertible hacia
la ciudad de New York, no podía creer todo lo que estaba viendo, era lo que yo
buscaba lo que en películas ya conocía ahora lo estaba viviendo, cuando
llegamos al Metropolitan Opera House más conocido como el “Met” vi que era un edificio impresionante, la
verdad no tenía muchas esperanzas de trabajo en un lugar tan conocido
mundialmente, finalmente terminé frente a una señora italiana que me hizo
muchas preguntas, cuando me hizo firmar algunos papeles me di cuenta que Manuel
tenía mucha razón, fui contratado como “stagehands” que no es otra cosa que un
tramoyista, éramos como cuarenta que teníamos el trabajo de preparar el
escenario que aún no conocía, tuve suerte de quedar en un grupo junto a Manuel
quien me dio un paseo por ese inmenso edificio, en el grupo habían italianos,
argentinos, españoles, algunos europeos y una chica japonesa, la mayoría eran
estudiantes de música que estudiaban por la mañana y por la tarde trabajaban, todos
vestíamos de negro, mover sillas, muebles, escenografía era nuestro trabajo,
las sillas se movían con guantes para no dejar huellas, siempre bajo la
supervisión de un jefe, cuando entre al
escenario por primera vez quede impresionado por su grandeza, luego
fuimos llamados para una reunión donde se nos informa de la preparación para la
Filarmónica de New York con no menos de
85 músicos, sin duda la suerte estaba junto a mí, me sentía muy feliz
con este trabajo. Nunca fue mi
intención de encontrar el sueño americano pero sin buscarlo lo había encontrado
o quizás este era el principio de ese sueño, tenía un muy buen trabajo, vivía
muy bien con mi amigo Manuel, tener un trabajo en el “Met” era algo muy
especial, teníamos diferentes horarios y teníamos un lugar donde nos reuníamos
después del trabajo, era un café donde ya nos conocían y fue ahí donde comenzó
una experiencia inolvidable para mí y que nunca he olvidado, sentada junto a mi
estaba una chica japonesa, sin preguntarle escuche su nombre Lili, podría decir
que fue una amistad a primera vista, su simpatía era algo desbordante, un día
saliendo del café me ofrecí acompañarla de vuelta a casa sin saber lo retirado
que era pero ella acepto de inmediato, sentí que Lili tenía mucho interés en
saber de mi igualmente yo de ella, tenía 22 años, uno menos que yo pero
representaba 18, había nacido en la ciudad de New York, sus padres eran
importadores de telas y tenían su negocio en un lugar llamado Little Tokio
debido a su población japonesa, su nombre real era Yumiko, Lili me explico que
debido al problema de fonética para los “gringos” ellos adoptan nombres anglos
para facilitar su pronunciación, su sonrisa era algo permanente en ella y esa
sonrisa me acompaño mi vuelta en bus a casa, así fue que comenzamos una amistad
de amigos, una amistad muy especial ya que veníamos de dos culturas muy
diferentes y fue eso que nuestro interés por conocernos crecía cada día más,
ella conocía toda la isla de Manhattan, yo aún no conocía mucho de la ciudad de
New York y fue Lili la que se encargó de llevarme a lugares que yo solo conocía
en películas que había visto en mi pais, ahora nos juntábamos los fin de semana
y el primer lugar que conocí con Lili fue el Central Park, nunca imagine que
dentro de esta ciudad existiera un parque tan grande, desde la calle 59 hasta
la calle 110 con un zoológico, lagos, praderas, cascadas de agua y un pequeño
bosque, muchas veces visitamos ese lugar y casi siempre nos servíamos un “hot
dog” que vendían en un carrito a la entrada al parque, asistimos a muchos
conciertos de música al aire libre uno de los inolvidable fue ver a Santana, un
día me llevo a dar una vuelta en barco alrededor de la isla de Manhattan fue
algo extraordinario, nuestra amistad ya era conocida por nuestros compañero de
trabajo, como ya era costumbre yo la acompañaba a la parada del bus, un día me
sorprendió invitándome a conocer a sus padres, ellos tenían un negocio bastante
grande lleno de sedas y telas que importaba de Asia, me sentía algo nervioso de
conocer a los padres de Lili, a pesar de ser muy amables conmigo la seriedad de
ellos me preocupo, esta no fue la primera visita, fui invitado a cenar con
ellos y la mirada de los padres de Lili verdaderamente me hacían sentir algo
incómodo.
Después de
algunos meses todo ha estado funcionando muy bien ya sea en mi trabajo y
también con mi amigo Manuel con el cual compartimos un departamento, Lili me ha
llevado a conocer la Estatua de la Libertad ubicada en una pequeña isla, el
Madison Square Garden, y subimos 102 pisos en el Empire State Building, que
hasta el año 1972 era el edificio más alto del mundo, aquí nos sacamos una foto
en unas casetas donde por unas monedas te tomas cinco fotos, debido al poco
espacio yo la abrace y tuve la osadía de darle un beso en su mejilla, ella solo
me miro y se sonrió como era costumbre en ella, en algunas ocasiones le tome la
mano con los mismos resultados, ya en pleno verano Lili me invito a la playa a
un lugar llamado Coney Island, todos nuestros paseos lo hacíamos en el metro
como también en bus, fue un día
espectacular, cuando la vi con un pequeño bikini dejando a la vista su cuerpo
con una piel blanca como porcelana, estaba fascinado con esta chica japonesa,
aquí y en el agua nos abrazamos como nunca antes y nuevamente le di un beso en
su mejilla. Fue un verano inolvidable, pero algo aún no estaba claro, éramos
solo amigos, muy buenos amigos, era obvio que existía una atracción entre
ambos, eso lo podía ver en su cara, en su mirada.
Terminando el
verano estábamos preparando la segunda temporada de la Filarmónica de New York,
la primera función era algo extraordinario, llegaba la “elite” de esta ciudad,
nuestro puesto era a los costados de la entrada siempre sonrientes siempre
junto a Lili quien me decía al oído quienes eran los que pasaban frente a
nosotros, gente importante, personajes famosos, durante la función se nos pedía
silencio absoluto y todos nos retirábamos al comedor, el ”backestage” detrás
del escenario era un lugar con muchos sofás y sillones, lámparas a media luz,
aquí hacían el precalentamiento los bailares de ballet, los músicos y los
cantantes de ópera, después este lugar quedaba totalmente vacío, en la
oscuridad Lili y yo nos quedamos esperando que la Filarmónica comenzara, se
acercó a mí y la escuche decir “Aida” me tomo la mano y me llevo a un sillón que estaba ubicado muy
cerca de los timbales de la Filarmónica, a nuestras espaldas teníamos la
escenografía y a la Filarmónica, el sonido era extraordinario especialmente los
timbales, aquí sucedió algo realmente inesperado, con mi brazo derecho abrace a
Lili, nos miramos como nunca antes, sin decir una palabra se sentó sobre mis
piernas y quedamos frente a frente, no lo podía creer, yo sentía la música cada
vez más fuerte mientras Lili me besaba en la boca susurrando algo en su idioma,
mis manos bajo su falda sentían la suavidad de sus piernas, ella no paraba de
besarme en la boca repitiendo algo en su idioma que se mezclaba con la música y los timbales cada vez
más fuerte, nos olvidamos de todo, era nuestro momento, junto a la Filarmónica
y cerca de tres mil personas hicimos el
amor, ella seguía besándome y la escuche susurrar ¡i love you!. Terminamos ese
día con nuestros deberes y espere a la salida a Lili, caminamos juntos hacia la
parada del bus que llevaba a Lili hacia su casa, fue en silencio, al llegar nos
miramos y extrañe su sonrisa, nos abrazamos y vi lágrimas en sus ojos que no
dejaban de mirarme, camine de regreso algo confundido -había cometido un error- me pregunte, al día
siguiente llegue a mi trabajo más temprano que de costumbre, estaba ansioso de
ver a Lili, finalmente nos encontramos y nuevamente extrañe su sonrisa, fuimos
enviados a diferentes labores y tendría que esperar hasta la salida para ver a
Lili y preguntarle que estaba sucediendo, no fuimos al café donde compartíamos
con nuestros compañeros, caminamos en silencio, finalmente ella me tomo la mano
y nos detuvimos, nos abrazamos, al besarnos sentí sus lágrimas en mi cara, nos
miramos y pregunte…..¿what happen Lili? su respuesta no fue inmediata, me
abrazo y sentí su cuerpo temblar, finalmente la escuche decir…he sido muy feliz
contigo…. será un verano que nunca olvidare….pero mis padres nunca aceptaran
esta relación….no sabía que decir, nunca antes había visto que con su mirada me
hiciera saber lo que sentía por mí, no sabía que decir, nos mantuvimos
abrazados por un largo tiempo, ese fue el último abrazo, a pesar que entendía
perfectamente la situación, no lo podía creer, Lili no volvió a trabajar y yo
renuncie a los pocos días, todo en ese lugar me recordaba a ella, el sueño
americano que nunca intente buscar pero que lo estaba viviendo me tenía una
sorpresa.
Han pasado
más de 50 años y el verano de 1970 jamás
lo he olvidado, he visitado la ciudad de New York en varias oportunidades y no
lo puedo negar, me imagino ver a Lili en todos los lugares que ella me enseñó.
No creo necesario decir que este cuento es verdadero, por lo tanto no lo haré.
El II Concurso Internacional de Cuento
Primigenios publica de manera exclusiva las obras concursantes en el blog de la
Editorial “Memorias del hombre nuevo”. En esta edición un jurado determinará el
cuento ganador, pero la interacción de los lectores con los cuentos publicados
es algo importante para la promoción y divulgación de la obra y los contenidos
editoriales de Primigenios, Lunetra e Isliada.org.
Las obras publicadas en el blog no han
sido editadas ni corregidas, según la regla del Concurso. Los autores son
responsables de las erratas que puedan aparecer.
Comentarios
Publicar un comentario