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Pesadilla

Eliany Martínez Portales

Era un 11 de marzo cualquiera, los rayos del sol penetraban intensamente por mi ventana, incluso se sentían el canto de las aves, los niños jugaban felizmente en la calle y las personas más presumidas salieron a realizar sus ejercicios matutinos.

Nadie se imaginaba que ese sería el último día de su vida y que por la noche algo misterioso e inexplicable iba a suceder, de pronto se sintió un profundo silencio todo se volvió oscuro y lluvioso y yo me encontraba tirada en un rincón de mi oscura casa .Me levanto torpemente y salgo en busca de mi familia y amigos ,pero todo fue en vano las calles estaban desiertas ,durante varios minutos lloré desconsoladamente con miedo de que algo malo me pudiera pasar hasta que siento unas voces tras de mí.

—¿Eres una sobreviviente? —me pregunta un chico calmadamente

—¿Qué? —pregunto en un susurro.

—Creo que tenemos que llevarla con nosotros—comenta otro chico y luego mis ojos se cierran pausadamente.

Me levanto en un lugar desconocido y con una vestimenta, la cual tenía en su parte delantera un número uno, alguien abre la puerta de esa habitación y miro asustada a mi alrededor.

—Bienvenida a nuestro laboratorio—comenta aquel desconocido con aquella gruesa voz –mis felicitaciones por ser una de las pocas sobrevivientes –forma una breve sonrisa.

—¿En dónde estoy? —pregunto con miedo.

—En nuestro imperio—responde—ahora si pudieras acompañarme—me levanto y camino hacia fuera de la habitación.

Me sorprendo al ver el lugar, ya que poseía electricidad en cambio los demás lugares del pueblo estaban oscuros y atemorizantes. Las paredes y el suelo eran blancas, tan blancas que parecían que estaba caminando sobre las nubes, en su interior se encontraban personas escribiendo sobre unas largas hojas de papel que al darse cuenta de mi llegada me miran atentos.

—¿Humana? —pregunta una joven.

—Sí y es la elegida—le contesta el señor que se encontraba a mi lado

—¿Que hago aquí? —pregunto.

—Todo a su debido tiempo—vuelve hablar aquella joven—por ahora irás a la sala de rehenes—me toma bruscamente por el brazo, me traslada por un oscuro y desolado pasillo, al final de este se encuentra una puerta la chica la abre y me arroja hacia el interior de la habitación provocando que caiga en el suelo.

Levanto la vista y me encuentro con varias personas de diferentes edades mirándome con tristeza, todos presentan la misma vestimenta que yo, sin embargo, en su parte delantera no había ningún número

—Eres la elegida—se acerca un joven de tes morena.

—¿Cómo? —pregunto con temor.

—¿No te han explicado nada verdad? —pregunta el joven

—No sé qué hago aquí, no sé qué ha pasado, mis familias y mis amigos han desaparecido, todas las calles del pueblo están desoladas –explico y todos asienten.

—Nosotros también somos sobrevivientes, ellos ocasionaron que la especie humana se extinguiera y establecer una galaxia en nuestro planeta tierra, ya nada volverá hacer como antes a no ser que tu encuentres el antídoto y todo volverá a la normalidad—su explicación me aturde la cabeza.

—¿Acaso ellos son alienígenas que vinieron a invadir nuestro planeta tierra? —pregunto y asiente.

—Tú eres nuestra última esperanza para salir de aquí—comenta.

—¿Y si encuentro el antídoto que pasará con ellos? —vuelvo a preguntar.

—Todas sus galaxias y sus imperios desaparecerán y todo volverá a la normalidad—explica.

—Tienes que infiltrarte en su plan y comentarnos todas sus estrategias y lo más importante buscar el antídoto—se acerca una señora mayor.

—Todo volverá a la normalidad, confíen en mi—es lo último que digo antes de que se abra la puerta y me sacan de la habitación.

Me llevan a una habitación mucho más grande rodeada de pantallas y con miles de alienígenas que aparentemente parecen personas, pero no lo son, me sientan en una especie de trono y un hombre desconocido empezó hablar.

—Ella es la elegida, nos ayudará a dominar el planeta tierra y que la especie humana se extinga por siempre, nosotros le haremos bien a este planeta sabremos aprovechar todos sus recursos como debe ser ya que los seres humanos han perjudicado a la naturaleza y ha contaminado a los mares –todos gritan de la emoción y finjo una dulce sonrisa.

—Felicidades elegida—susurra en mi oído la chica que me llevó a la habitación—sinceramente no sé qué vieron en ti, te advierto que no te perderé de vista—dice y se va de mi lado.

Luego me enseñan todo el lugar y veo una puerta la cual me causa mucha curiosidad.

—A esa puerta no te puedes acercar o declárate muerta –me amenaza un sujeto que su mirada me causa miedo.

Llego a la habitación y todos estaban dormidos, me coloco en un rincón del lugar y poco a poco el cansancio se apodera de mi …

Pequeños susurros me despiertan velozmente y me encuentro con la mirada del chico anterior.

—¿Has podido averiguar algo? —me pregunta.

—He visto una puerta y me han prohibido acercarme, creo que en ese lugar debe estar el antídoto –comento y asiente.

—Ha llegado la hora de desarrollar el plan—propone y todos escuchamos atentos …

Me encontraba caminando por el lugar silenciosamente en busca de la puerta, solo tenía que esperar a que sonara la alarma para ejecutar el plan, observo el gran reloj en la pared y faltan dos minutos para comenzar todo.

Mientras yo esté buscando el antídoto, mis compañeros estarán manifestándose para despistar a nuestro enemigo, una vez que consiga el antídoto tengo que correr hacia el jardín y verter ese líquido en la tierra, cuando realice esta acción todo volverá a la anormalidad y recordaremos esto como una gran pesadilla.

Un segundo para que suene la alarma.

Corro por todo el pasillo al escuchar el gran ruido, llego a la puerta y coloco rápidamente la contraseña, al abrirse la pueda quedar ante mí el antídoto, lo tomo y me dispongo a caminar hacia la puerta que da hacia el jardín.

Llego al jardín, pero siento una voz detrás de mí.

—Elegida, pensaste que te ibas a deshacer tan rápido de mi—comenta la chica con mirada de odio.

—Su juego está a punto de acabarse—miro el frasco.

—Yo no estaría tan segura—me señala con una espada retrocedo poco a poco y veo a mi compañero caminando silenciosamente por detrás de ella y la sorprende.

—Corre elegida, solo nos queda un segundo—grita y vierto el frasco en la tierra.

Todo desaparece, el rayo del sol se asoma por el cielo y el ruido de los carros vuelve a la carretera.

El chico y yo nos abrazamos y todos los sobrevivientes llegan a nuestro lado …

Me despierto sobresaltada de la cama y cubierta de sudor, miro a mi alrededor y me encuentro en mi pequeña habitación.

—Cielo, ¿qué te pasa? —pregunta mi mamá asustada a mi lado

—He tenido una horrible pesadilla—la abrazo.

—No te preocupes hija, ha sido una pesadilla y nada más.

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