La Estela y el Colibrí: Un puente entre la memoria y el porvenir
La literatura es un espejo donde se reflejan los anhelos y las luchas de un pueblo. En Yucatán, esa huella de palabras y tiempo ha tomado forma en La Estela y el Colibrí, una obra monumental concebida por el investigador y poeta Rubén Reyes Ramírez, que ahora se presenta en la Universidad Modelo como un hito en la recuperación y enseñanza de la historia literaria de la región.
Rubén Reyes Ramírez, nacido en Mérida en 1953, ha dedicado su vida al estudio de la cultura y la literatura latinoamericana. Con una formación que abarca estudios en Sevilla y La Habana, su trayectoria lo ha convertido en una figura clave en la construcción de una narrativa que une la memoria histórica con la identidad de su pueblo. Su trabajo no solo ilumina el pasado, sino que también traza caminos para el futuro de la literatura en México.
Para Editorial Primigenios, la publicación de esta colección representa un reconocimiento de la calidad y el compromiso con la preservación del pensamiento literario. La Estela y el Colibrí, compuesta por tres tomos, aspira a convertirse en un material de estudio y referencia en las escuelas de Yucatán, estableciendo un vínculo entre generaciones de lectores y escritores. Es importante destacar la colaboración de la Universidad Modelo en la publicación de estos tomos, una institución comprometida con el rescate y difusión del patrimonio cultural de la región.
En lo personal, este evento trasciende lo profesional y se convierte en una experiencia profundamente conmovedora. Desde mi infancia en Cuba jamás imaginé que cruzaría los cielos hasta México para presentar un trabajo de tal magnitud en una universidad. Es una prueba del poder transformador de la literatura, de su capacidad para conectar almas más allá de las fronteras y los tiempos. La obra de Rubén Reyes nos recuerda que la palabra es un puente, un eco de la historia que nos invita a mirar el porvenir con esperanza.
Como dijo José Martí: “quien ahonda en el lenguaje, ahonda en la vida”. Hoy, con La Estela y el Colibrí, reafirmamos ese compromiso con la memoria y la cultura, con la certeza de que cada página escrita es una semilla sembrada en la eternidad.
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