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José Elizondo: El hombre que trajo sus historias desde Pérez Zeledón hasta Nueva York

En las tardes frías de Nueva York, cuando la brisa del Hudson se cuela entre los edificios, José Elizondo camina por Riverbank State Park, mirando las aguas turbias del río y dejando que su memoria lo arrastre de vuelta a las montañas verdes de Pérez Zeledón. Allí, en la pobreza de su infancia, se gestaron las primeras historias que aún hoy lo acompañan.

Nacido en Costa Rica, en una tierra donde las lluvias parecían dictar el ritmo de la vida, Elizondo creció entre caminos de barro y noches iluminadas por velas. Era el tipo de niño que observaba más de lo que hablaba, que imaginaba más de lo que explicaba. Años después, en la gran urbe, ese mismo niño convertido en hombre sentiría la necesidad de plasmar en papel todo lo que había guardado durante tanto tiempo.

Hoy, José Elizondo es un escritor con tres libros publicados en Editorial Primigenios: Los ángeles también se desnudan (poesía), Dulces maleficios (cuentos) y El demonio de las alas plateadas (novela). Su obra, marcada por el realismo mágico y el absurdo, refleja un mundo donde los límites entre el bien y el mal se difuminan, donde los personajes viven atrapados en una dimensión donde el castigo es placer y el destino una espiral sin salida. Así lo describe Froilán Escobar, su mentor y director del Taller de Creación Literaria, quien asegura que la escritura de Elizondo juega con el tiempo y el espacio, desafiando la estructura narrativa convencional.

Desde su apartamento en Nueva York, Elizondo sigue escribiendo, inmerso en un universo de palabras que nacieron en su infancia y que ahora fluyen con la cadencia de las aguas del Hudson. Su trayecto es el de muchos emigrantes: una travesía entre dos mundos, entre la nostalgia del origen y la crudeza de la realidad presente. Pero en esa dualidad, ha encontrado su voz, una voz que resuena en cada página y que sigue trazando el puente entre Pérez Zeledón y la ciudad que nunca duerme.



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